México, 15 Sep. 2009.- La Arrolladora Banda El Limón, de René Camacho, hizo cantar y bailar al público que se dio cita en la Plaza de la Constitución en el marco de celebración del Grito de Independencia, del 199 Aniversario de esta gesta heroica.
Con un fuerte dispositivo de seguridad, puesto en marcha por autoridades capitalinas y el gobierno federal en las principales entradas al Zócalo, sobre avenida 20 de Noviembre, 16 de Septiembre, 5 de Mayo y Tacuba, la gente desde temprano arribó al primer cuadro de la ciudad.
Desde las 17:30 horas, el grupo puso el ambiente festivo, al contar con un coro monumental de unas 40 mil personas, que hasta las 20:05 de la noche habían ingresado para escuchar a su artista favorito.
Por más de dos horas, la banda comandada por René Camacho interpretó sus éxitos "Perdona Mi Franqueza" "En Los Puritos Huesos". "Te Llegará Mi Olvido", "Compárame", "Huele a Peligro", "Ya Es Muy tarde" y "La Calabaza", éstos dos últimos, los más recientes éxitos en las listas de popularidad de México y Estados Unidos.
Familias completas rodearon el escenario de la plancha del primer cuadro para seguir el ritmo de la banda, que en voz de Jorge Medina, el vocalista principal, la gente pudo cantar "Que Suerte La Mía", "Se Me Acabó El Amor", "Hacia Mis Brazos", "Juro Que No Volveré", "La Otra Cara De La Moneda" y "Metiendo Las Patas".
La lluvia no fue pretexto para que la gente viviera al máximo la verbena popular de la máxima fiesta del mes patrio, al convivir en rededor de los edificios históricos del Zócalo.
Las canciones de La Arrolladora Banda El Limón hicieron olvidar cualquier inclemencia del tiempo para seguir con la entonación de temas como "Redondito En Tus Brazos", "Aunque Me Duela" "La Culpable", "Entrégame Tu Amor" y "El Amor De Mis Sueños".
La agrupación sinaloense abandonó el escenario para dar paso al típico mariachi que interpretó "El son de la negra", "El torito" y algunas coplas que un ballet ejecutó al ritmo ataviado con trajes en color negro.
Los menos interesados en la música y las tradiciones fueron los niños, que por centenares jugaban con un novedoso globo, en forma de cohete, y con estampados multicolores, mientras los adultos lucían paliacates con los colores patrios, bigotes y barbas de peluche, así como anteojos protectores contra el confeti.
Sin embargo, atrás quedaron las muestras de algarabía en que la gente aventaba harina y confeti, pues los dispositivos de seguridad decomisaban cualquier artículo que representara un riesgo para la población.
La gente dispersada por la plaza no se perdía detalle a través de las pantallas monumentales por las que se transmitían los actos artísticos del escenario.
Los edificios del cabildo y del gobierno capitalino resguardaron a la gente que se cubrió de la intensa lluvia, que inició de nueva cuenta, mientras el mariachi y el Ballet Folklórico de la Ciudad de México, seguían su recorrido por la música típica del país.
El público se sorprendió cuando vio salir al escenario al maestro de ceremonias, Adal Ramones, quien portaba un atuendo norteño, mientras que Anette Michel lucía un elegante vestido de chiapaneca. "Ahora sí aquí tenemos a mucho mojado que no se irá para el otro lado", indicó Ramones en son de broma.
Ambos conductores resaltaron la forma de celebrar de los mexicanos un aniversario más de la Gesta de Independencia: "En ningún lugar del mundo se celebra a un país como a México".